domingo, 16 de febrero de 2014

Una experiencia: Banda Ciudad de Burgos

Hace dos fines de semana pude disfrutar de uno de los conciertos de la Banda Ciudad de Burgos que más me ha gustado, el concierto que dieron en el Teatro Principal con motivo de la celebración de las fiestas de San Lesmes.

Os pongo en situación; el teatro abarrotado de gente; niños, ancianos, gente joven y adultos disfrutando de un concierto que sin duda merecería la pena.
Apertura del concierto; "Alvamar Overture" de James Barnes, una obra que incita a seguir escuchando el concierto, que te transporta a un lugar de fantasía en el que parece que a cada nota es una nueva aventura.
En cada movimiento se distingue perfectamente cada instrumento, desde el triángulo hasta las trompas, una obra dinámica y fantasiosa que realmente engancha a escuchar música clásica.

A continuación "Aquarium" de Johan de Meji, "Rikudim"de Jan Van der Roost y "La leyenda del Maracaibo" de José Alberto Pina.
 Tras ésto, un descanso de diez minutos en el que la gente aprovechó para estirar las piernas y comentar lo que hasta ahora había sido el concierto.

Segunda parte; y tal y como venía escrito en el folleto que se repartió del concierto; "con la segunda parte, la banda quiere llegar al corazón de los espectadores y contribuir a la difusión del legado cultural que nis han dejado algunos de los grandes compositores españoles."

Zarzuelas  y paso dobles sonaron en el Teatro Principal de la mano de Carlos Outón Benito, el director de la Banda.
Comenzó la segunda parte del concierto con una gran obra que seguro más de uno conoce:"Suspiros de España" de Antonio Álvarez Alonso, obra ultra conocida en éste país por la película que protagonizó y cantó Estrellita Castro y que lleva el mismo nombre que la obra.
A esta gran obre le siguieron "La canción del olvido" de José Serrano, "La leyenda del beso" de Reverian Soutullo y Juan Vert y "El tambor de ganaderos" de Ruperto Chapí.

Para culminar el concierto, el "Himno a Burgos", en el que cada persona que había en el teatro se puso de pié y al unísono todos cantamos el himno a nuestra ciudad, un momento conmovedor y emocionante en el que a más de uno se le saltaron las lágrimas. 

Y así terminó un concierto que, un año más, llenó el Teatro Principal e hizo que gente que nunca se había acercado a este tipo de música, se fuera a su casa tras un concierto así, más que satisfecho.

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